Desde que son pequeños los perros se acostumbran a lamer fruto de la imitación de sus madres. Ya que estas les limpian y masajean a través de los lamidos por los que los cachorros lo adoptan como un mecanismo para fortalecer vínculos. Cada perro utilizará el lamido con mayor o menor frecuencia y el hecho de que no nos lama no tiene que implicar siempre falta de afecto.
¿Por qué mi perro lame?
Por lo general el hecho de que nuestro perro nos lama es una muestra de afecto para mostrarnos su cariño, una señal de saludo o una expresión de alegría. Sin embargo, cuando nuestro perro detecta que estamos enfadados o estresados también puede utilizar el lamido para tratar de tranquilizarnos. Al mismo tiempo también utiliza esta técnica para tratar de calmarse a sí mismo en determinadas situaciones de estrés como puede ser acudir al veterinario.
Naturalmente al tener este sentido tan desarrollado también les gusta asimilar diferentes sabores y olores por lo que siempre se sienten atraídos ante distintos estímulos y nuevos olores que puedan llegar a considerar atractivos o interesantes. Por ejemplo, el sudor humano y otros olores corporales son altamente llamativos para muchos canes.
Sin embargo, es realmente importante saber que estos lametones en ciertas ocasiones pueden llegar a transmitir enfermedades a través de gérmenes que no son perjudiciales para el propio perro pero sí que pueden llegar a desarrollar afección en los seres humanos. Por lo que es de vital importancia mantener una higiene adecuada y lavarnos las manos después de que nuestro perro nos haya lamido, antes de preparar la comida o tocarnos los ojos.
Al final depende de cada persona el hecho de que nos moleste o no que nuestro perro nos lama por lo que su educación desde cachorro es de vital importancia para hacerle saber si queremos que siga con esa conducta o no. Si queremos evitarlo deberíamos de retirar la mano o la cara cada vez que trate de lamernos e ignorarlo durante los próximos 30 segundos. De esta manera lograremos hacerle entender que lamernos provoca la interrupción de la interacción.