La raza de perro Yorkshire es muy común y conocida. Son perros muy inteligentes y tienen una fuerte personalidad. Asimismo, son muy activos y enérgicos, necesitan jugar y pasear varias veces al día para agotar su energía hasta el día siguiente.
Cuidados del cachorro Yorkshire
Para el cachorro llegar a su nuevo hogar supone algo de inseguridad, al salir de su entorno conocido. Por ello, es bueno ofrecerle un lugar tranquilo y no agobiarlo mucho.
NO sacarle a la calle hasta que cumpla 3 meses, y tenga puestas las 3 vacunas, ni bañarle ni juntarle con otros animales. Algunos cachorros el primer día de llegada casi no comen ni beben, hay que estar pendiente que lo hagan.
Procedencia de esta raza
En el siglo XIX, obreros de Escocia fueron a buscar trabajo a la ciudad de Yorkshire (condado de Inglaterra) y llevaban con ellos Terriers escoceses. La cría del Yorkie se creó por los trabajadores y empezó a ser utilizada para cazar las ratas que infestaban las fábricas de algodón y lana, los molinos y las minas de carbón en las que trabajaban dichos obreros. Hay poca información de esta raza porque se considera que los trabajadores que dieron origen a la raza eran iletrados en su mayoría. Sin embargo, sí se sabe que la raza surgió de tres perros, un macho llamado Old Crab, una hembra cuyo nombre era Kitty y otra hembra de nombre desconocido.
El primer momento en el que se estableció el estándar de la raza Yorkshire Terrier fue en 1865 en una exposición canina de Gran Bretaña, gracias al semental llamado Huddersfield Ben que es considerado padre de la raza.
El nombre se adoptó como oficial en 1870.
Con el paso del tiempo, se ha ido buscando una reducción del tamaño del Yorkie hasta el actual “toy”.
El AKC (American Kennel Club) ha incluido al Yorkshire como raza hipoalergénica, es decir, reduce la posibilidad de provocar alergia en los humanos. Esto no significa que no produzca ningún alérgeno, simplemente reduce la posibilidad.
Cuidados básicos
El Yorkie no es complicado de mantener, entre los cuidados básicos encontramos: visita al veterinario al menos dos veces al año para hacerle un chequeo rutinario; cepillado del pelo a diario, aunque se puede recortar para más comodidad cada dos meses; baños regulares; corte de uñas frecuente; limpieza dental en el veterinario a partir de los tres años.
Alimentación
Como a todos los cachorros, resulta muy recomendable alimentarles con un pienso seco de calidad de la gama junior. El hecho de que la comida húmeda no sea recomendable se explica porque es más difícil de digerir, por lo que podría ocasionar episodios de diarrea a tu pequeñín.
Además, esta raza tiene ciertas preferencias respecto a la comida, por lo que será mejor comprar un pienso compuesto de los alimentos mencionados a continuación. La carne es clave para una dieta equilibrada del Yorkie, siendo la de cordero la más famosa. Su cuerpo está acostumbrado a su zona de origen, por lo que tendrán ciertas preferencias alimenticias de ese lugar. Las verduras también son parte importante de la dieta y es imprescindible alternarlo con la carne que ya hemos mencionado. Las patatas o incluso la remolacha también son del gusto de esta raza. Por otro lado, hay que tener en cuenta que en su dieta esté presente la proteína animal (50% -70%), las grasas (15% – 18%) y los carbohidratos (1/4 de la dieta). Es muy importante tener en cuenta que cuando queramos añadir un alimento nuevo a la dieta de nuestro Yorkshire se debe hacer de forma paulatina, esto es, entre el 10 y el 25% de dicho alimento a la semana. Es imprescindible consultar con el veterinario antes de darle cualquier alimento nuevo.
Por último, es necesario que controles las raciones de la comida de tu pequeño amigo, sobre todo en el caso de que sea muy glotón y tenga tendencia a engordar. No en vano su sistema óseo es más delicado que el de un perro de mayor envergadura y no está preparado para afrontar un problema de sobrepeso que, además, tal y como ocurre con las personas, será más difícil de atajar una vez que ya haya engordado.
Alimentos tóxicos
- Chocolate (el chocolate negro es el más perjudicial)
- Uvas y pasas
- Azúcar
- Huesos
- Ajo, Cebolla
- (Carne de cerdo cruda)
- Cafeína
- Frutos secos
- Pimiento
- Puerro
- Alcohol
- Cítricos
- Huevos
- Aguacate
- Xilitol
- Leche (puede producir diarrea – mejor yogur)
- Paracetamol; aspirina
Higiene
Mantener a tu perro limpio e impoluto no requiere grandes esfuerzos. Se trata de una raza que necesita un cepillado regular, pero no mucho más en lo que a su pelo se refiere, aspecto que suele ser el más entretenido en el cuidado de otras mascotas.
Ahora bien y como es lógico, hay una serie de pautas básicas de higiene que debes observar en relación con estos pequeños y que incidirán también positivamente en la salud y el bienestar del resto de los miembros de la familia, si se tiene en cuenta que el contacto físico que se establece con estos perritos es muy estrecho.
Higiene dental
Los perros de raza pequeña son los más propensos a la presencia de bacterias en las encías por acumulación de placa y de sarro, porque, aunque tengan la misma dentadura que el resto de los perros, su mandíbula es más pequeña y las bacterias se acumulan más. Para prevenir esto, es aconsejable que a partir del 7º mes de vida se realice una limpieza de dientes diaria con un cepillo y una pasta dentífrica para perros. Tras cumplir un año, se puede combinar dicha rutina con un snack dental diario que promueva el masticado y el “cepillado” de los dientes. Dicho snack es considerado por ellos como un “premio”. Es recomendable que esté elaborado con ingredientes naturales. A partir de los tres años, es recomendable llevar al veterinario a tu perrito a hacerle una limpieza dental.
Otra cuestión para tener en cuenta es que para reforzar su dentadura es clave que puedan morder, por lo que debes proporcionarle juguetes como pelotas, cuerdas, huesos o peluches para que puedan desarrollar esa mordida. El sarro no solo va dañando el esmalte dental, sino que propicia la acumulación de bacterias causantes del mal aliento. Sprays bucales sabor a menta, cepillos de dientes manuales y eléctricos y cremas dentales serán algunos de sus grandes aliados.
Baño y secado
Para eliminar la suciedad que pueda tener durante sus paseos, lo más recomendable es bañar al Yorkshire dos veces al mes, y además profundizar en el cepillado en este momento. Aunque el perro se muestre inquieto al principio, solo necesita acostumbrarse. Utiliza un champú especial para perros.
Una vez lo saques del baño, retira el exceso de agua con una toalla y aplica secador con cuidado de no acercarlo demasiado a su delicada piel ni de utilizar una temperatura demasiado elevada.
Cepillado
Es necesario cepillar su pelo frecuentemente, para evitar los enredos. En tiendas especializadas existen diversas opciones para esta tarea.
Vacunas y tratamientos antiparasitarios
Como el resto de raza de perros, la salud de tu perro va a depender en parte de que le sometas al calendario de vacunaciones que te indique el veterinario y que le trates con pipetas o collares antiparasitarios que mantengan a raya pulgas y garrapatas, sobre todo en época estival.
Cómo adiestrarlo
Es una raza de perro perfecta para criar y cuidar en casa, por lo que es necesario establecer unas normas de conducta para convivir y que resulte lo más confortable posible para todos. De cachorros, su carácter suele ser maleable, esto hará que se adapte a las normas de manera sencilla.
Educarle para que haga fuera sus necesidades
Debido a que su vejiga es pequeña necesita salir con más frecuencia que otros perros grandes, por lo que lo mejor es que lo saques en el momento que te despiertes y justo antes de irte a la cama.
Después de la comida también deberías sacarle a pasear, logrando así que asocie el paseo con el momento en el que debe evacuar. De cachorro no debe tener acceso a las habitaciones para evitar que se esconda y haga sus necesidades por cualquier parte.
Muéstrate dominante
Antes que el pequeño cachorro pretenda establecerse como rey de la manada, debes establecer tu dominación, pues de lo contrario podría llegar a mostrarse insoportable. Sé firme en tus decisiones y no vaciles, pues si consientes que se salte tus reglas, aunque solo sea una vez, comenzará a percibir que es él quien tiene las riendas de la situación.
Evita caer en la tentación de cogerlo mucho en brazos o de llevarlo en el bolso y procura que en sus paseos se muestre sociable con los otros perros y con las personas. Intenta que gaste toda la energía posible siempre que salga, pues no es cierto que este tipo de razas no necesiten actividad física, aunque sea moderada.
En invierno no olvides que esta raza es muy susceptible al frío, por lo que son idóneos para ellos los complementos textiles.
Durante el paseo es importante que le enseñes a caminar a tu lado, tanto por poner límites como por evitar cualquier altercado que pudiera sufrir. A la vuelta sigue fomentando tu autoridad con gestos del estilo de entrar tú primero en casa mientras él espera.
Enséñale a sentarse
También es importante enseñarle a que se siente para ayudarle a calmarle en ciertas situaciones o, cuando estéis paseando, para evitar una escapada rápida. Puedes acercarle una golosina a la nariz y subir la mano mientras dices “Siéntate” o “Sit” o presionar su trasero hacia abajo mientras pronuncias la misma orden. Una vez lo consigas debes darle su golosina y hacerle mimos para que asocie tu orden con ese gesto.
Educa en positivo
Aléjate siempre a la hora de educar a tu cachorro de los gestos agresivos, de un exceso de gritos o de darle algún golpe. Su sensibilidad y su miedo saldrían a flote y si comienzas a imponerle demasiado se defenderá con ladridos, agresividad e incluso pequeños mordiscos cuando te acerques.
Acostúmbrale también a viajar contigo en coche, bien en trasportín, si se encuentra demasiado nervioso, o simplemente sujeto con el cinturón de seguridad, al que colocarás un arnés, si se muestra tranquilo.